Akbal

La creación en los horizontes de las pupilas del mar en silencio
La libertad del alma que late en los crepúsculos
La rueda gira en los laberintos del pensamiento
Morir para el mundo, para vivir en el Espíritu




sábado, 16 de febrero de 2013

Aforismo: El juego

El niño, se apropia del mundo a tráves del juego

El arte como transgresión

El arte es transgresión. El aventurarse a pisar el camino artístico atreviéndose a expresarse por medio de un lenguaje artístico, es toda una blasfemia para las convenciones sociales utilitarias y consumistas. Una parte de la esencia del arte es la transgresión. Los artistas nos atrevemos a crear en libertad.

jueves, 14 de febrero de 2013

Inicio del Kamishibai de Akbal

He comenzado en la aventura de contar historias por medio de la bellísima técnica japonesa del Kamishibai. Originada en los templos budistas del Japón. Este paso, representa una de las facetas más para compartir con todos los amantes de la Literatura.

Este primer cuento que presento en Kamishibai se titula "Negro" y fue presentado en AVEC en la Ciudad de México en febrero del 2013, con una buena aceptación. El texto y el collage de ilustraciones fueron creadas por su servidor cuentero.

En los meses siguientes tendremos más historias con Kamishibai y un taller de creación y métodología para usar esta maravillosa técnica, junto con la posibilidad de que puedan encargar su Kamishibai y nosotros se los hacemos. También estarán disponibles las historias originales en láminas para diverso tipo de público.



miércoles, 6 de febrero de 2013

Reminiscencia 99-00



  

 El tiempo, entidad destructora que nos despoja de la tersa apariencia. Fenómeno inevitable y complejo que a pesar de su poder, no hace que el corazón se vea perturbado. El tiempo, una ilusión de la edad depravada.

   Los ideales de los verdaderos revolucionarios, no terminan con el aumento de los años a su existencia, sino que los sueños también se transportan a otros ámbitos de lucha. Los sueños son para nosotros, referentes eternos. En la lucha estudiantil, aunque lleguemos a tener 4, 000 años como se dice que vivó Matusalen, seguiremos presentes. Con voz, carne, letra, arte y sangre.

  Se apuesta porque el tiempo aniquile a aquellos que hemos peleado por condiciones sociales justas, por una educación gratuita y de calidad. Esperan que nos alienemos en la vorágine de la necesidad material, que nuestro corazón olvide, que nuestra voz se apague. Pero aquellos se equivocan. No tendremos rencor, pero tampoco olvido. Somos estudiantes que tenemos memoria. Nuestra Alma Mater está tatuada en el viento que respiramos.

  Ese demonio del tiempo, citado al inicio de estas líneas, corre vertiginoso por las aceras de nuestras vidas. Cuando volteamos, nos damos cuenta que las manecillas han avanzado, mientras en nuestro corazón existe aún la rebeldía, la resistencia. Las personas alrededor piensan, que esa rebeldía, se debe a un proceso “juvenil”, a un reflejo de inmadurez que con los años termina. Piensan que la postura “idealista” o “romántica” cuando llegan los años culmina, pero ignoran que no se trata de una moda, sino más bien es una forma de existir, de habitar el mundo. ¿Y cuál es esa forma? La manera de buscar el bien común, un lugar donde todos tengamos un lugar digno, respetando las diferencias que nos hacen únicos y en este universo, con apariencia utópica, donde también está contemplado el acceso libre a la educación pública, gratuita y de calidad para todos, porque la educación no es un privilegio ni un favor del gobierno, sino un derecho humano fundamental.

  La educación es para ser libres en la mente y en el corazón, no para aspirar de forma egoica a enriquecernos con un salario ostentoso, sino que el Universitario exitoso es aquel que con los conocimientos adquiridos se transciende a sí mismo ayudando a los demás, porque la educación que la UNAM nos ha dado, tiene un alto sentido humano aunque muchos lo olviden.  

  Pronto serán ya catorce años, que inició en nuestra Universidad, una huelga que fue la respuesta ante la imposición de pagos, avalados de variados argumentos tecnócratas y neoliberales. Pero los que en piel propia, vivíamos la realidad de ser estudiantes, la mayoría de familias modestas, sabíamos que la realidad era muy diferente.

  Se buscó en su momento tener un diálogo con las autoridades, las cuales reaccionaron con indiferencia, mientras tanto la organización estudiantil se democratizaba de forma importante por medio de las asambleas estudiantiles. A la par se veía el aparato represor de las autoridades, con sus grupos de trabajadores intimidadores y grupos porriles. Pero también estaba el sacrificio sincero y honesto de muchos compañeros, que arriesgando incluso su vida, luchaban con todo su ser por el derecho a la educación para todos. A ellos, a esos Universitarios, mis más sinceras y eternas, gracias.   

   Errores del movimiento estudiantil, fueron muchos, pero que se lograron aspectos importantes como detener la intención de comenzar a desmantelar la educación gratuita, fue algo que considero importante.

   En las guardias en los planteles, el miedo era algo que nos rondaba las espaldas. Helicópteros militares sobrevolando para intimidarnos supongo y para obtener información, pero quiero pensar, que el latido de nuestros corazones por condiciones justas de educación, era tan fuerte, que los hacía desaparecer en el cielo y no bajar a reprimirnos.

   Todas estas cosas, son desconocidas por muchos, y muchas otras cosas que yo mismo desconozco. Parece a veces que los estudiantes Universitarios actuales, han olvidado uno de los movimientos por los que se encuentran ahí. De no haberse hecho ese movimiento, la gran mayoría no estaría en la máxima casa de estudios como hoy en día lo está. Creo que debemos de tener memoria de los movimientos estudiantiles, los cuales por medios de sus logros muchos hemos accedido a la educación. Y fuera de las aulas, tenemos la obligación no moral, sino existencial, de hacerle honor a nuestra Casa de Estudios la UNAM, con una postura crítica, con un sentido social y humano y siempre en beneficio de nuestra sociedad y no convertirnos en verdugos del pueblo o integrarnos a la maquinaria de la barbarie.

  Algunos de nosotros, no tenemos precio, algunos de nosotros que vivimos aquello, aun amamos, aun vuela en lo más profundo de nosotros, el hacer de nuestro país, un sitio mejor desde donde habitar el mundo.

  En un aspecto muy personal, quizá parte de lo que digo, tenga que ver con un amor muy grande hacia mi hogar, hacia mi casa, hacia mi morada, unos de los lugares más bellos de este planeta, la tierra rebelde de la UNAM.

Namaste.

Christian Estevez- Akbal3
Filósofo

Promotor Cultural y de la Lectura 


Artista Multidisciplinario