Akbal

La creación en los horizontes de las pupilas del mar en silencio
La libertad del alma que late en los crepúsculos
La rueda gira en los laberintos del pensamiento
Morir para el mundo, para vivir en el Espíritu




jueves, 3 de junio de 2010

Epitafio

Hace un tiempo escribí este poema, en honor a un participante en un taller de lectura y creación literaria que estaba impartiendo.





Para ser sincero no sé nada,
más bien ignoro casi todo.
He intentado con un mar
De libros ajenos ocultar el triste defecto
de mí Densa ignorancia.
No sé nada, en realidad
Solo sé muy pocas Cosas,
que hacen Que pueda yo vivir
entre mis semejantes,
entre mis Hermanos.

Pero de lo muy poco que sé,
Es que la vida sangra
Desde que venimos al mundo,
Que el destello de la penumbra
Nos cobija y nos promete
una Sola cosa….
Que algún día debemos de marcharnos.

También algo me dice,
Aunque tal vez no sea cierto,
Que las almas se reflejan en los ojos,
Que la amistad es un ánfora tan sublime,
que basta una sonrisa Sincera venida del alma
Para ser compañeros en el mundo.

No sé nada, pero algo me dice que cuando
Los seres humanos son grandes,
su vida es un destello de dios mismo.

En la plenitud de mi ignorancia,
-Ustedes perdonaron que les diga-,
Que el imperio de la almas que se van
y dejan los corazones heridos
Está sentado a la orilla de un lago
De cristalinas aguas de esperanza divina.

De alguna forma supongo, que aquel
Que toma un libro entre sus manos,
Unas letras entre sus segundos,
Está cerca de encontrar el secreto
De la memoria eterna.

Siento que de alguna manera,
El hombre puede ser inmortal de
Dos formas.
Una de ellas es en el recuerdo
De los seres amados
Y la otra, de la cual si estoy seguro,
Es que el hombre tiene la llave
De la inmortalidad,
Cuando toma una pluma
entre sus dedos y escribe su historia,
Esas líneas hacen que lo humano
Jamás se pierda.

Pero aun hay una forma de no perecer jamás,
Por medio del agradecimiento venido del corazón,
de las personas que tuvimos el honor
Por lo menos de estrechar sus manos,
y ver en una sonrisa a la humanidad entera
en comunión con la armonía cósmica
de que todos somos Uno.

Akbal
“Donde está muerte tu aguijón, donde sepulcro tu victoria”.

miércoles, 2 de junio de 2010

El canto del asalariado

No todos se encuentra esclavizados en una fábrica, hay otros tipos de prisiones. Ahora, en la era de la información, las cárceles tienen como barrotes una computadora y cuatro paredes, forradas muchas veces de pendientes. Las horas de trabajo en México ahora son de 10 a 12 horas por día de lunes a sábado la mayor parte, sin contar el tiempo de traslado, que en la ciudad de México es prolongado por un repugnante sistema de transporte que se encuentra secuestrado por los cafres del volante. En total la jornada es de 12 a 14 horas al día.

El desarrollo profesional, académico, personal y humano, es ya casi imposible. Esas son las condiciones laborales de nuestro país, donde las figuras intermediarias llamadas outsourcing, se encargan de beneficiarse de la necesidad de las personas, de hacer el trabajo sucio.

Hace poco escuché un canto desolador...


Ya no tengo tiempo de reír, de contar un cuento a mis hijos por la noche. Ya no cuento con tiempo para soñar, para leer, para ser feliz, para decirle a mi esposa que la amo. Ya no me queda tiempo ni siquiera para entonar una oración, solo tengo tiempo para morir algún día, siendo un objeto más de una maquinaria que ni siquiera puedo ver. He olvidado, desde hace mucho lo que es la libertad.

martes, 1 de junio de 2010

Las Flores del mal Charles Baudelaire

Este libro es algo especial para mí. Fue uno de los primeros libros que leí por placer y con mucha atención.  Se me hacía mágico que alguien pensará y sintiera cosas tan cercanas como yo las concebía en ese entonces. 

Una muestra de poética de calidad, con un transgresor como lo es Baudelaire. 

Una serie poemas que nos llevan por lados sombríos del alma humana.