Akbal

La creación en los horizontes de las pupilas del mar en silencio
La libertad del alma que late en los crepúsculos
La rueda gira en los laberintos del pensamiento
Morir para el mundo, para vivir en el Espíritu




miércoles, 2 de junio de 2010

El canto del asalariado

No todos se encuentra esclavizados en una fábrica, hay otros tipos de prisiones. Ahora, en la era de la información, las cárceles tienen como barrotes una computadora y cuatro paredes, forradas muchas veces de pendientes. Las horas de trabajo en México ahora son de 10 a 12 horas por día de lunes a sábado la mayor parte, sin contar el tiempo de traslado, que en la ciudad de México es prolongado por un repugnante sistema de transporte que se encuentra secuestrado por los cafres del volante. En total la jornada es de 12 a 14 horas al día.

El desarrollo profesional, académico, personal y humano, es ya casi imposible. Esas son las condiciones laborales de nuestro país, donde las figuras intermediarias llamadas outsourcing, se encargan de beneficiarse de la necesidad de las personas, de hacer el trabajo sucio.

Hace poco escuché un canto desolador...


Ya no tengo tiempo de reír, de contar un cuento a mis hijos por la noche. Ya no cuento con tiempo para soñar, para leer, para ser feliz, para decirle a mi esposa que la amo. Ya no me queda tiempo ni siquiera para entonar una oración, solo tengo tiempo para morir algún día, siendo un objeto más de una maquinaria que ni siquiera puedo ver. He olvidado, desde hace mucho lo que es la libertad.

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