Para ser sincero no sé nada,
más bien ignoro casi todo.
He intentado con un mar
De libros ajenos ocultar el triste defecto
de mí Densa ignorancia.
No sé nada, en realidad
Solo sé muy pocas Cosas,
que hacen Que pueda yo vivir
entre mis semejantes,
entre mis Hermanos.
Pero de lo muy poco que sé,
Es que la vida sangra
Desde que venimos al mundo,
Que el destello de la penumbra
Nos cobija y nos promete
una Sola cosa….
Que algún día debemos de marcharnos.
También algo me dice,
Aunque tal vez no sea cierto,
Que las almas se reflejan en los ojos,
Que la amistad es un ánfora tan sublime,
que basta una sonrisa Sincera venida del alma
Para ser compañeros en el mundo.
No sé nada, pero algo me dice que cuando
Los seres humanos son grandes,
su vida es un destello de dios mismo.
En la plenitud de mi ignorancia,
-Ustedes perdonaron que les diga-,
Que el imperio de la almas que se van
y dejan los corazones heridos
Está sentado a la orilla de un lago
De cristalinas aguas de esperanza divina.
De alguna forma supongo, que aquel
Que toma un libro entre sus manos,
Unas letras entre sus segundos,
Está cerca de encontrar el secreto
De la memoria eterna.
Siento que de alguna manera,
El hombre puede ser inmortal de
Dos formas.
Una de ellas es en el recuerdo
De los seres amados
Y la otra, de la cual si estoy seguro,
Es que el hombre tiene la llave
De la inmortalidad,
Cuando toma una pluma
entre sus dedos y escribe su historia,
Esas líneas hacen que lo humano
Jamás se pierda.
Pero aun hay una forma de no perecer jamás,
Por medio del agradecimiento venido del corazón,
de las personas que tuvimos el honor
Por lo menos de estrechar sus manos,
y ver en una sonrisa a la humanidad entera
en comunión con la armonía cósmica
de que todos somos Uno.
Akbal
“Donde está muerte tu aguijón, donde sepulcro tu victoria”.
más bien ignoro casi todo.
He intentado con un mar
De libros ajenos ocultar el triste defecto
de mí Densa ignorancia.
No sé nada, en realidad
Solo sé muy pocas Cosas,
que hacen Que pueda yo vivir
entre mis semejantes,
entre mis Hermanos.
Pero de lo muy poco que sé,
Es que la vida sangra
Desde que venimos al mundo,
Que el destello de la penumbra
Nos cobija y nos promete
una Sola cosa….
Que algún día debemos de marcharnos.
También algo me dice,
Aunque tal vez no sea cierto,
Que las almas se reflejan en los ojos,
Que la amistad es un ánfora tan sublime,
que basta una sonrisa Sincera venida del alma
Para ser compañeros en el mundo.
No sé nada, pero algo me dice que cuando
Los seres humanos son grandes,
su vida es un destello de dios mismo.
En la plenitud de mi ignorancia,
-Ustedes perdonaron que les diga-,
Que el imperio de la almas que se van
y dejan los corazones heridos
Está sentado a la orilla de un lago
De cristalinas aguas de esperanza divina.
De alguna forma supongo, que aquel
Que toma un libro entre sus manos,
Unas letras entre sus segundos,
Está cerca de encontrar el secreto
De la memoria eterna.
Siento que de alguna manera,
El hombre puede ser inmortal de
Dos formas.
Una de ellas es en el recuerdo
De los seres amados
Y la otra, de la cual si estoy seguro,
Es que el hombre tiene la llave
De la inmortalidad,
Cuando toma una pluma
entre sus dedos y escribe su historia,
Esas líneas hacen que lo humano
Jamás se pierda.
Pero aun hay una forma de no perecer jamás,
Por medio del agradecimiento venido del corazón,
de las personas que tuvimos el honor
Por lo menos de estrechar sus manos,
y ver en una sonrisa a la humanidad entera
en comunión con la armonía cósmica
de que todos somos Uno.
Akbal
“Donde está muerte tu aguijón, donde sepulcro tu victoria”.